Seguro del éxito de esa primera entrada de cuyo título no me
puedo imaginar, ahí va la segunda.
Pero antes que nada me gustaría incluir la primera de las
paradojas que Raymond M. Smullyan incluye en el prefacio de su estupendo libro "¿Cómo se
llama este libro?".
La cuenta de pasada bajo la forma de una anécdota en primera
persona:
Dice que cuando era pequeño, con cinco años, su hermano
mayor lo despertó a primera hora de la mañana de aquel día de los Santos
Inocentes (el 1 de abril en el mundo anglo-franco-sajón) para advertirle de que
le gastaría la mejor inocentada de su vida a lo largo del día.
Pasó el día entero sin que nada pareciera confirmar el
ansiado momento de la inocentada y la madre de Smullyan le preguntó el motivo
de su patente nerviosismo.
Al enterarse del asunto, llamó a su hijo mayor para que
aclarase con el pequeño Raymond la inconsistencia de su promesa, si es que tal
había sido el caso. Este fue el diálogo que Emilio y Raymond mantuvieron:
E: Así que esperabas que te diera una inocentada ¿verdad?
R: Sí.
E: Y yo no te la he dado ¿no?
R: No.
E: Pero tú creías que te la iba a dar ¿o no?
R: Sí.
E: Entonces, te la dí, ¿a que sí?
¿Bonito no? Le había dado la inocentada al no dársela.
Este tipo de paradojas llena muchas páginas de este libro de
Raymond M. Smullyan, de las del tipo "¿mintió al decir que siempre
mentía?". Si es así dijo la verdad puesto que era mentira que siempre
mentía. Pero lo que dijo, que siempre mentía, era entonces verdad y sí que
mentía...
Ya veis por donde vamos. Los maravillosos peligros del lenguaje
y de su profundo significado.
En esta línea de pensamientos, dice Smullyan que el filósofo Bertrand
Russell describía a su colega G. E. Moore como una de las personas más honestas
que había conocido nunca, y un día le preguntó si había dicho alguna vez una
mentira a lo que Moore contestó afirmativamente. Hablando de esto Russell
escribió: "Creo que esta es la única mentira que Moore dijo en toda su
vida."
De este mismo libro desarrollé en su día aquella entrada > ¿Puede existir lo uno y su contrario?
Raymond M. Smullyan
1 comentario:
Muy, muy interesante. Con la primera entrada ya me entraron ganas de comprar el libro, con esta segunda, ya te puedo asegurar que me lo compro...
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