Bucles
temporales.
A veces
la vida organiza sus propios bucles temporales. Esto ocurre más a menudo de lo
que creemos y podría enmarcarse en aquello que los causalistas llamarían “ironía
del destino”. Llamo causalistas a aquellos que dicen que “no existe la
casualidad sino la causalidad”, una frase que queda muy bonita pero que encierra
un pensamiento de lo más perverso, precisamente el de la causalidad. Creer en
el destino es muy parecido a creer en Dios. Siempre lo he dicho, por definición
“creer es no saber” y pienso que el deber de todo ser humano es “saber y no
creer”.
Lo que
nos caracteriza como especie es nuestro cerebro del que emana la conciencia de
nuestra existencia. Ese rasgo es el que nos conviene magnificar, el del
pensamiento.
Uno de
los grandes problemas filosóficos de la humanidad es que ha concedido el mismo
peso (o más) a las creencias que a los pensamientos. Por eso la religión se ha
permitido ponderar y dominar a la ciencia durante siglos.
Nunca
debimos permitirlo.
Entiendo
que el hombre tiene muchas carencias, muchos miedos, y que necesite creer en
cosas. No se lo negaré a nadie porque no soy nadie para hacerlo. Pero si que
pediré a los creyentes que al menos sean capaces de separar su parte irracional
de la que no lo es.
Reconoced
(creyentes) que creéis en lo que creéis porque no lo sabéis. Es de Perogrullo pero
se deduce de la misma definición de creencia. Creer es confiar en aquello que
no se puede demostrar, esto es, porque no se sabe. Si se supiera no haría falta
creer en ello, se sabría.
Todo
esto para volver al punto de partida de esta entrada, la polémica entre
causalidad y casualidad que es otra forma (muy bonita eso sí) de decir que se
cree en el destino (originado por las causas) y no en la casualidad (procesos
no demostrables y que no tienen una explicación evidente).
Seamos
un poco científicos.
El que
no entendamos – o que nos sorprenda – el resultado de un proceso al que
llamamos casual no quiere decir que no tenga explicación. Solo quiere decir que
no abarcamos todos sus factores, ni sus propiedades originales. ¡Que no
conocemos todos los datos del proceso vaya! Pero no tenemos por ello que
recurrir a una creencia (un no-saber) acerca de que “las cosas ocurren por
alguna cosa”, una cosa que se suele llamar destino o poder superior.
Todo
esto estaría muy bien si me lo pudieran demostrar.
No me
vale de nada que digáis que algo ocurre porque tenía que ocurrir (una bonita
tautología) una vez que ya ha ocurrido. Creeré en el destino (la causalidad)
cuando me mostréis el final de un proceso en marcha antes de que termine, no
después.
En
cuanto a la denostada casualidad, pienso que es exactamente lo mismo que lo que
llamamos “instinto”. Son términos que se refieren a falta de datos. Cuando algo
nos parece casual es simplemente que no podemos rastrear sus orígenes. Suelen
ser procesos largos en el tiempo y que no hemos seguido personalmente puesto
que solo vemos su desenlace. Así mismo, el instinto es el impulso no objetivable
que todos seguimos en momentos de crisis, cuando tenemos que reaccionar “sin
pensar”. En realidad sí que hemos pensado pero no somos capaces de seguir el
proceso y los pasos que nuestro cerebro ha dado porque tenía prisa por sacarnos
de algún apuro y no tenía tiempo de explicarnos como lo había hecho. Nada
misterioso en realidad.
Cuando
nos encontramos con un amigo “casualmente” en una parte del mundo nos
sorprendemos por esa casualidad. En realidad, solo se trata de un hecho poco
probable y por ello nos parece “algo milagroso”, guiado por la mano del destino
(o de un poder superior). Pero si nos quedamos un rato hablando con nuestro
amigo, quizás entendamos la sucesión de acciones que le llevaron al mismo sitio
que nosotros mismos y quizás nos deje de parecer tan milagroso el asunto.
Resulta que nuestro amigo es más parecido a uno mismo de lo que podíamos
imaginar y tuvo los mismos impulsos que tuvimos hasta llegar a este punto de
encuentro. A fin de cuentas, vivimos en el mismo tipo de sociedad y nos
influyen los mismos estímulos.
Bueno.
Termino ya.
Toda
esta parrafada surgió “casualmente” de mi cerebro al reconocer en un episodio
de la serie Dark Angel a un viejo conocido de la otra serie Sobrenatural;
Jensen Ackles (Dean Winchester en la serie).
Me hizo
gracia encontrar que este actor se volvía a encontrar en la misma situación
escénica cinco años después de la primera serie en la que aparecía. Lo resumo:
2001
Dark Angel = Jensen Ackles (23 años)
2012
Sobrenatural = Jensen Ackles (34 años)
Este
tipo de bucles ocurren a menudo en la vida y no siempre son tan casuales. En
realidad, a menudo nos gusta provocarlos. ¿No dicen que la historia se repite y
que los humanos tropezamos siempre en la misma piedra?
Yo por
mi parte, estoy encantado de haber podido cerrar numerosos ciclos de mi vida a
lo largo de los años. Ahí tenéis una de las buenas razones para cumplir años.
Hay quién echa de menos la juventud. Yo estoy cada vez más conforme con mi (natural,
inevitable y deseable) envejecimiento que me ha permitido volver a todos los
lugares de mi infancia, treinta o cuarenta años después. No hubo ninguna
causalidad en ello, tampoco casualidad, y eso que me paseaba por esos lugares
sintiendo la emoción de los muchos años que me separaban del yo-mismo de
entonces. Y no se me ocurrió preguntarme como había llegado hasta allí de nuevo
habiéndome convertido en lo que soy ahora.
Eso, ya lo sé.
Un lechuguino Jensen Ackles en Dark Angel 2x17 (Hello, Goodbye) junto a Jessica Alba.
Jensen Ackles más lechiguino todavía en sus tiempos de modelo publicitario.
Los hermanos Winchester de Sobrenatural velando a su padre en el hospital.
7 comentarios:
Yo encontré este blog de casualidad, jeje. Buscaba información de la canción más antigua con partitura conocida y ¡zas! que casualidad. El destino me trajo a este blog Ah no espera, que fue google :D
Hombre, a mi me gustaría que se diera la casualidad de que un día salgan en la primitiva los mismos números que yo marqué Luego espero acordarme de mirarla, claro. Porque para cuatro primitivas que juego al año, a veces se me pasan de mirarlas.
Hay gente que juega los mismos números semana tras semana. Considero eso una burrada. Porque, ¿Y si un día no la puedes jugar por la razón que sea? Y entonces se da la casualidad de que salen tus números, buff, ¡que marrón! La persona que le pase eso, sería capaz de irse a un puente a tirarse….y espera espera, resulta que allí en el puente se encuentra una persona con las mismas intenciones, quien años después será su mujer, su gran amor, ¡que casualidad!
Bueno, ¿de que hablaba? ah si, que me toque la primi ya y a ver si salimos de esta crisistunidad. Me encanta esta palabra, la dice Homer Simpson en un capítulo donde creo que le dicen algo así como que los chinos utilizan la misma palabra para crisis que para oportunidad.
Y bueno, no se que tiene que ver todo este rollo que he largado con tú entrada, sorry...
Cuanto divagas ultimamente...
Yo creo que cuando te he encontrado en el Kinepolis ha sido casualidad, no pienso q en algún momento del día hayamos pensado voy a ir al cine, a esta hora y nos hayamos sincronizado.
CASUALIDAD.
Por cierto, cada vez me lian más tus entradas, me las tengo que releer ;P
Gracias a los dos por tomaros la molestia de llerme. Sí que me lio ultimamente así que no me parece ningún rollo el tuyo Miguel. Y por supuesto que existe la casualidad. Es lo que intentaba explicar. Es como definimos a cualquier acontecimiento que tiene muy pocas probabilidades de ocurrir. Sólo intentaba quitarle el barniz de magia que la gente quiere aplicarle. El que no seamos capaces de rastrear todos y cada uno de los pasos que hemos dado hasta llegar a esa "casualidad" no la hace "mágica". Lo de Kinepolis por ejemplo: hasta hace poco iba con mis hijos todos los viernes alternos del año a ese cine en particular. Ya encontré a mucha gente del curro por allí y otros que no lo eran. Yo tambien me sorprendo pero, analizándolo, no es tan extraño ¿no?
Justo anoche leia un libro que decía que no existe la casualidad, básicamente la gente camino de un lado a otro intentado encontrarse los unos con los otros.
Me recuerda la teoría de los 6 grados de separación (la que hace que solo me separen 6 personas como mucho de Mila Jovovich). ¿Cómo era el título del libro?
Yo en realidad, camino de un lado a otro intentando no encontrarme con nadie.
Gracias a ti Marc, por que primeramente eres tú quien se toma la "molestia" de contar algo. Unas veces más interesante, otras menos, otras no entiendo ni la mitad, otras aprendo e investigo más, etc...
Encuentro tu blog muy interesante y me gusta como escribes. Que bien que se diera la casualidad de encontrarlo jeje :D
Ah, gracias por ver mi nuevo diseño "bookfantasy 69" en mi web(http://mlcasellas.magix.net) :P
Creo que queda claro de que no se trata de ninguan molestia. Gracias otra vez.
(Tus diseños me parecen magia.)
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