domingo, 25 de octubre de 2015

Los Poderosos - Acto VII - Desenlace

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Y después del penúltimo capítulo, por fin llegamos al


ACTO SÉPTIMO



DESENLACE





Pensadora (mirando la lejanía cual si recordara, hablando para sí): ¡Qué horror!, aún recuerdo ese episodio del principio de mi cuento – aventura. En aquel entonces todavía no controlaba bien mi propio poder. Bueno, en realidad no sé hasta que punto lo controlo ahora. ¡Pero vaya!, parece que mis sistemas de seguridad para que todo este diseño a la carta funcione también me contienen a mí. (admirativa) ¿Quién creería jamás que yo hubiera sido capaz de crear un juego que me auto contendría?, que me controlara porque yo mismo así lo hubiese querido. (Dirigiéndose al público) No es nada fácil hacer eso os lo aseguro pero es precisamente lo que logré tal y como acabáis de presenciar. Pues si. Efectivamente; Aunque os haya podido parecer que Hablador es el que siempre tiene la última palabra tal y como se lo sugerí, y aunque os podáis haber reafirmado en ese convencimiento al ver como resolvía el asunto de mi duda existencial - simplemente hablando – lo que no sabéis quizás es que todo forma parte del mismo plan. ¡De mi plan! Yo creé todo esto. (con un gesto abarcándolo todo) ¡Todo!... (algo tristona) incluso a Hablador. Quisiera pensar que lo hice por una sencilla, humana y desprendida necesidad de compartir cariño, (guiñando al público) y sexo, con mi media naranja... ¡pero no!, todo es mucho más pragmático que todo eso. Hablador no es más que un mero seguro que he tenido a bien insertar en el complejísimo desarrollo de mi creación.



Se levantan de sus cubículos los demás personajes cuales sombras a penas perceptibles y fantasmales.



Hablador (con la voz desgarrada): ¿Eso es lo que soy para ti Pen?



Pensadora (sin mirar hacia atrás donde está Hablador): Me temo que sí... cariño.



Hablador: Sabes, la verdad es que casi es un alivio. Hacía tiempo que lo sospechaba y de todas formas aún puedo consolarme pensando que eres tu la que existe porque yo te hablé.



Pensadora (cínica): Si, siempre puedes hacer eso.



Memento (más pedo que nunca): ¿Y nosvotros Pen? ¿Tamvvien nosvotros somos frutos de tu imaginación?



Pensadora (cariñosa): Bueno, bien puede decirse que sois mis hijos, si.



Memento: No be satisbace Pen. Eso no esbá tien.



Soñadora (retadora, enfadada): Perdona pero eso querida tendrás que demostrarlo. Te advierto que todo lo que estás diciendo ahora, lo he soñado yo esta noche.



Memento y hablador (esperanzados, las frases siguientes alternando pero atropellandose entre los dos (elija el director de escena las frases del uno o del otro según le parezca más adecuado)): Eso, eso, debuéstralo – A ver como demuestras si tu pensaste antes el sueño de Sonia o si ella fue la que soñó la primera tu pensamiento – Usease, ¿qué bué brimero, el güevo o la gallina?



Memento se va amodorrando en un rincón hasta el final de la escena.



Pensadora (irritada): ¿Os creéis muy listos, verdad hijitos míos? Pero decidme de verdad; ¿dudáis realmente en vuestro fuero interior de la veracidad de mis palabras?, ¿Duda acaso el gusano de que procede de un capullo?¿o la mariposa de aquel gusano? ¡Hombres habíais de ser! Capaces de dudar hasta de la mismísima creación. ¡Desgraciados desagradecidos! Si realmente creéis que yo os he pensado porque Soñadora lo soñó, ¿por qué no me desafiáis al (ampulosa) Gran Juego de la Creación? (retadora) Venga Sonia, deshaz el entuerto si es que eres capaz.



Soñadora (sonriente y calmada): Ya sabes que no puedo.



Pensadora: ¿Cómo?



Soñadora: ¿Qué quieres cariño, que me ponga a dormir inmediatamente y que sueñe que eres muy mala y que voy a tener que soñar que desapareces?



Pensadora (después de una pausa mirando al suelo pensativa): ¿Ves amor?; lo que acabas de decir es precisamente lo que me ha decidido a intercambiarte... a cambiaros a los tres.



Hablador (tembloroso): ¿A, a qué te refieres?



Pensadora (didáctica): Escuchad, una y otra vez esto ocurre de la siguiente manera: Os creo, os doy vida. Luego viene lo mejor de mi creación; sois tan encantadores como os he pensado y vivo feliz con vosotros. Me acuesto con Hablador o con Memento, eso depende de lo que me apetezca en cada creación, y disfruto de la amistad de Sonia (perversa) y a veces también de su cama. Siempre ocurre igual; todo va a las mil maravillas hasta que empezáis a emanciparos como seres humanos. Y si. Sois auténticos seres humanos tal y como gusto de crearos. En ese detalle quizá radique mi error: Es posible que me plantee crearos con algunas disfunciones de ahora en adelante.



Todos: ¿Algunas disfunciones?



Pensadora: Si, alguna tara que os impida daros realmente cuenta de la situación o algo así. No será muy satisfactorio desde el punto de vista emocional – no tiene gracia tener unos novios tarados – pero desde luego, es más seguro.



Hablador: ¿Tan cínica eres?, ¿De verdad que tu, eso, eres la persona con la que compartí amor todos estos días pasado?



Pensadora: ¿Y cuantos días crees que has pasado conmigo? ¿Es que no te das cuenta de que este proceso que estoy terminando para recomenzar viene realimentándose desde el origen de los tiempos, desde el big bang? Siempre os he mantenido a mi lado porque conformáis el equilibrio perfecto tal y como yo lo concibo: (mirando al publico) ¡Escuchad inocentes pues éste es el meollo de la obra que estáis viendo, esta es la clave de vuestra existencia, de todas vuestras preguntas!; Esta obra que llamáis Universo se desarrolla así (recalcando): Yo, al principio de los tiempos, pensé que Hablador dijera que Memento recordara que todo el universo nos es más que uno de los sueños de Soñadora. (pausa efectista)... ¡Y se hizo la luz!.



Se enciende todo el escenario y la sala con el (ya dijimos que) numeroso público.



Pensadora (pletórica como una diosa): ¿Por qué, preguntareis (llegados a este punto siempre lo hacéis), por qué no pensé directamente la luz y evité de una vez para siempre vuestra incómoda presencia?. Creo que Hablador ya intuye la respuesta. El no es el único seguro en mi plan para evitar que yo pueda cometer alguna torpeza o algún descuido. Pues sí. Por mucho que una sea una Diosa no comete la torpeza de considerarse Omnipotente como la tradición supone. Algo de ello ha llegado hasta nuestros días sin embargo. ¿O (mirando insistentemente a Hablador, Memento y Soñadora que se juntarán sugerentemente) quienes creéis que representan la trinidad?



Soñadora (irónica con dudas): ¿¡Y ahora nos dirás que tu eres el creador!?



Pensadora (seria e histriónica): “La” Creadora. Sí. ¿A qué símbolo sino suponéis alude el nacimiento partenogénico del tal Jesús? ¿Cómo pudo una mujer engendrar sin concebir sino pensándolo? (pensativa) Ese Jesús fue una buena versión de Hablador por cierto. Llenó ampliamente mis expectativas. Solo Mahoma Zeus Shiva y pocos más se le podrían comparar...



Memento se levanta aparentemente algo más sobrio de lo habitual y;



Memento: Chicos, creo que ya me acuerdo.



Pensadora: Si siempre permito que lo hagas tú. Eres el bálsamo de mi mala conciencia.



Memento (dirigiéndose a Soñadora y a Hablador que le miran aterrados): ¡Oíd, creo que no nos va a gustar nada lo que recuerdo!



Pensadora (fatalista): Nada de nada en realidad.



Memento (cada vez más asustado): Dios mío, Dios mío, tu,... tu..., tu...

Pensadora (sarcástica): ¡Turulú!



Sale un efecto de humo a los pies de Memento, Soñadora y Hablador de manera que puedan desaparecer hacia las bambalinas. Pensadora se queda sola en el escenario con los cuatro focos apuntándola (es decir que retoma ella los colores que les había prestado a sus creaciones).



Pensadora: Bien, aquí estoy otra vez. Al principio de las cosas. Solo me queda repetir el proceso... después de algún tiempo claro está. Primero me tomaré unas vacaciones de mi misma. Como siempre. Luego me cansaré de la soledad. Como siempre. Así que crearé otros trinitarios habladores, soñadores y recordantes. Como siempre. Y más tarde, lo más tarde posible espero, volveré a cansarme de mis compañeros de viaje y los tiraré. (desenfadada) Siempre lo hago. Y así, ciclo tras ciclo. Es lo que los historiadores llaman periodos creo. Y tienen razón, cada vez que recomienzo, la sangre renovada de mis nuevos ayudantes me insufla energías insospechadas. Supongo que es la manera de no terminar por mandarlo todo a paseo. Es lo que los científicos llamarían Big Crash; el final del Universo. (Alejándose de los espectadores) Bueno, creo que ya he terminado, me voy a descansar. (da unos pasos y, de repente, en el mayor silencio, de espaldas al público, se para como si recordara alguna cosa. Se da la vuelta y va hacia el público) Vaya, vaya, vaya. Creo que me olvidaba de una cosita. (Ostensiblemente al público con actitud desafiante) ¿No creeríais que os dejaría ir de rositas a continuar vuestras imaginadas vidas a vuestras imaginadas casitas con vuestras imaginadas familias? (alzando majestuosamente la voz) ¡Imaginadas por mí! (íntimamente) ¿Alguno de vosotros, algo más avispado - porque os imagino de todas las formas posibles para dar más realismo a vuestras vidas – se habrá percatado ya de lo que os está a punto de ocurrir? Lo siento mucho pero no puedo dejar testigos, supongo que lo entenderéis. (pausa mirándolos desafiante y en un grito:) ¡Y si no lo entendéis me importa un comino!.



Se apagan todas las luces a lo bestia de manera que desaparece magnífica y efectivamente el mundo.



Después de un instante de tensión durante el cual puede bajar el telón, se encienden las luces bajo el fragor de los aplausos desquiciados del público enfervorizado que grita histéricamente la petición de canonización del autor de la obra.



Chin pun.

1 comentario:

Maryjoe dijo...

Me gusta el final de que el público pida tu canonización.

Me ha gustado, sin embargo para obra de teatro creo que puede ser un poco difícil como espectador no perder el hilo, o más que el hilo la profundidaz del texto,

No sé si hay que quedarse solo con el final sobre un posible ente que nos crea, nos jode o nos alegra la vida según le de, pero me ha gustado mucho la presentación de cada uno de ellos, yo lo estaba viendo como cuatro partes de nuestro ser; al fin y al cabo vivimos así, todo el día pensando cosas, con miedo de hablar muchas veces, y al fin y al cabo con una vida llena de sueños y memorias.
Destino, casualidad o nuestros actos sin más, esa es la vida, no?

Ahora a lo mejor me dices, no has ententedido nada, pero quedate con mis primeras palabras, me ha gustado.

Te recuerdo que en ese mundo radiofónico en el que vives (por si ya no te acuerdas de mi he compartido noches de estudio contigo, tú en RNE, yo en REE) pasa mucha gente a la que creo que a alguien le puede parecer interesante, si algún día la quieres ver en escena, todo es intentarlo.