Esta foto que tenéis ante vosotros es la visión más antigua que podáis otear. Parece mentira que estemos contemplando un juego de sombras y luces de ¡1827!
Como veis en la foto, se apunta que la exposición con la que se tomó fue de 8h 20’ y que la tomó un tal Nicéphore Niépce (1765 – 1833). Vamos a explicar lo primero y situar al segundo:
Tiempo de exposición:
La exposición es simplemente lo que indica; la proyección del motivo de interés (lo que queremos fotografiar) sobre un receptor (del que hablaremos a continuación) que sepa “captar” de alguna manera ese motivo.
Ya sabéis que una foto (química) consiste en la exposición de una imagen real (lo que queremos fotografiar) proyectada a través de un objetivo (una lente) sobre un material fotosensible. Este material se llama “fotosensible” porque es sensible a la luz. Esto es; reacciona en contacto con la luz, cambiando de tono de gris según incida más o menos luz sobre él. En las partes oscuras no reaccionará (se quedará blanco) así como en las luminosas se oscurecerá formando lo que todos conocemos como “negativo”.
Lo que tenéis que entender para justificar la larguísima exposición (8h 20’) de la primera foto de Nicéforo Niepce, es que el material fotosensible que utilizaba era experimental y, evidentemente de lo más rudimentario. En realidad, podríamos decir que era muy poco fotosensible y por lo tanto, que para conseguir reaccionar mínimamente (lo que se llama una “emulsión”) era necesario que la luz incidiera durante el mayor tiempo posible sobre él.
Los fotógrafos actuales sabéis que tenemos carretes de fotos con mayor o menor sensibilidad. Es lo que definimos en ASA o ISO. El carrete “corriente” es de 100 ASA, para luz natural diurna. Si queremos hacer fotos en un día nublado utilizaremos seguramente 400 ASA y para fotos nocturnas será conveniente comprar un carrete de 800 o incluso 1600 ASA. Todo esto, claro está, es un ten con ten o un toma y daca. A mayor sensibilidad, mayor grano, o lo que es lo mismo, menos definición de la foto debido a que los puntos que la forman (los granos) son más gordos.
- 50 ASA – mucha luz – muy buena definición [grano finísimo – poca sensibilidad (le cuesta reaccionar ante la luz)]
- 100 ASA – luz diurna – buena definición
- 400 ASA – día nublado – definición aceptable
- 800 ASA – anochecer – definición “artística” (¡no muy buena vaya!)
- 1600 ASA – noche – mala definición [grano grueso – mucha sensibilidad (reacciona rápido a la luz)]
Esta tabla que acabo de suministrar es absolutamente orientativa. Nada más. En realidad uno puede hacer una foto nocturna con un carrete de 100 ASA. Solo tiene que tener en cuenta que es menos sensible que los 1600 y que por lo tanto tendrá que dejar incidir más luz en la película que si lo hiciera con este. Esto es: tendrá que aplicar a su foto un tiempo de exposición más grande que a 1600 ASA.
Quede claro que estamos hablando de carretes modernos y rubricados en los que el tamaño y densidad de las moléculas fotosensibles de cloruro de plata están perfectamente calibrados.
Imaginad ahora a nuestro querido Nicéforo y sus rudimentarios métodos de fabricación caseros. No es difícil pensar que la mezcla que consiguió en 1927 debía tener medio ASA o incluso menos. Así que haceos idea del enorme tiempo de exposición necesario para que su material fotosensible reaccionara con la luz, aunque fuera a pleno sol. Pues eso: 8h 20’.
Hasta aquí hemos tratado del tipo de fotografía más básico de todos, del que fue precursor de las técnicas más elaboradas posteriores que permitieron captar los colores. Pero esta fotografía primigenia es la que inventaron gente como Humphry Davy o Thomas Wedgwood a finales del siglo XVIII, ¡la época de la revolución francesa! Estos dos caballeros consiguieron producir imágenes de cuadros, siluetas de hojas y perfiles humanos utilizando papel pintado con una solución de cloruro de plata. Pero no podemos decir que fueran fotografías en el estricto término que empleamos hoy día dado que una vez expuestas a la luz, toda la superficie del papel se seguía ennegreciendo. Hoy, diríamos que no habían inventado el “fijador”.
Pero por fin (o más bien “en un principio”), en 1827, un físico francés, Nicéphore Niépce, inventó esta primera foto que tenéis a la vista (esto es: está fijada y no sigue oscureciéndose hasta borrar el motivo reflejado en ella).
Pero no la llamó fotografía sino algo muy parecido. Si “fotografía” se refiere a que “dibuja” (graphos) con “luz” (photo), nuestro querido Nicéforo llamó a su invento “heliografía”, esto es; “dibujo” a partir del sol (siendo Helios el Dios solar). No debe ser casualidad que Nicéforo quiera decir exactamente “portador” (foro de pherein) de “victoria” (nike en griego).
Fotografía = foto (luz) + grafía (escritura)
Heliografía = Helios (luz solar) + grafía (escritura)
Nicéforo = Nike (victoria) + Pherein (llevar)
En cuanto al material fotosensible que utilizó Nicéforo Niépce, fueron estos:
- Cloruro de plata
- Resina de Gaïac
- Fósforo
- Y Betún de judéa (un tinte derivado del petróleo), un producto utilizado para los grabados al agua fuerte.
Este engrudo fue el que Nicéforo aplicó sobre un vidrio y posteriormente sobre una placa de estaño bruñido para conseguir esta primera foto del mundo que os traigo aquí. La vista es la que se ve desde su casa de Saint-Loup-de-Varennes en Gras.
En realidad, esta es una de las fotos que tomó entonces. Podemos ver el distinto grano de una y otra en la siguiente toma. Y ahora ya sabéis que ese grano delata la mayor o menor sensibilidad del material fotosensible que Nicéforo confeccionaba a modo de prueba en cada una de las Heliografías. Dicen que una de esas fotos tardó tres días en hacerse. Está claro que en casos como este, cuando el tiempo de exposición es tan largo, todo lo que pase delante de la cámara fugazmente no podrá aparecer en la foto final. Me refiero a los transeúntes, los carruajes, los pájaros y las cigüeñas, en fin a cualquier cosa que no estuviera delante de la cámara al menos una porción significativa del tiempo de exposición. En la foto que os traigo hoy, no se ve nada que no permaneciera más de siete horas ante la cámara de fotos de Nicéforo. Por eso solo se ven los edificios.
En 2002, convirtieron la casa de Nicéphore Niépce en museo. Se puede visitar el primer piso en el que tenía instalado su taller laboratorio desde cuya ventana realizó estas primeras fotografías del mundo.
2 comentarios:
Qué interesante, Marc! Hoy vas a ser el post de mi blog :), con tu permiso.
Bicos
¡Es todo un honor Amélie!
Un abrazo
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