jueves, 11 de marzo de 2010

La expedición de los diez mil:

Hablando de viajes en el tiempo, hagamos un poco de historia.

Acabo de leer ‘El tirano’ (Il tiranno, 2004) de Valerio Manfredi. El protagonista es Dionisio de Siracusa, ‘el tirano’ (desde 405 a 367 a. C.) que da título a la novela. Os recomiendo la novela pero no es de ella de la que quiero tratar ahora. En realidad, el asunto es que me ha hecho recordar otra novela de Manfredi: el ejercito perdido (L'armata perduta, 2008).


El nexo entre las dos novelas es la aparición de Jenofonte, el jefe de ese ejercito perdido, precisamente en Siracusa, tan a tiempo como para contarle al Tirano Dionisio la extraordinaria expedición ocurrida unos años antes (en 401 a. C.), que pasaría a la historia como la retirada de los diez mil.


Esta terrible expedición de vuelta desde el corazón del imperio enemigo Persa ocurrió en 401 aC. Habiéndose establecido un periodo de paz entre Atenas y Esparta, Ciro el joven – hermano del emperador de Persia Artajerjes – contrata a los efectivos griegos desocupados para formar un ejército mercenario capaz de derrotar a su hermano. Diez mil griegos marchan a Persia contra Artajerjes pero la confianza lanza a Ciro y sus altos mandos a una muerte segura en la batalla de Cunaxa. El resultado es que el más alto jefe en rango que sobrevive se ve obligado a hacerse cargo de la situación. Y le ha tocado a Jenofonte. Él y sus hombres deciden volver a la madre patria pero la ruta promete ser extremadamente complicada. Son diez mil griegos en pleno corazón de las tierras enemigas de los Persas.


La expedición de los diez mil se convierte entonces en una marcha forzosa a través de 1500 km de tierras hostiles, acosados por las poblaciones semisalvajes y los recelos de los gobernantes de las ciudades a las que piden ayuda: no es fácil alimentar a diez mil hombres.


Esta novela sí que la recomiendo encarecidamente. Pero si queréis abundar en el tema, acudid a la historia original de quién la contó de primera mano por ser su protagonista: Jenofonte describió el embolado que le tocó vivir en su obra Anábasis.


Anábasis es en griego: ana = subida + basis = hacia el interior, subida, expedición hacia el interior para entenderlo mejor.


Si sois reacios a leer batallitas históricas, esta viene avalada por haberse convertido en libro de cabecera de Alejandro Magno más o menos un siglo después en 325 a. C. También es cierto que a Jenofonte le tachan de poco objetivo como historiador. ¿Pero cuántos historiadores se pueden vanagloriar de escribirla en primera persona? Por otra parte a Jenofonte le avala intelectualmente haber sido discípulo de Sócrates de la siguiente manera:


Dicen que habiéndolo encontrado Sócrates en una callejuela, atravesó el báculo y lo detuvo. Preguntóle donde se vendían las cosas comestibles, y habiéndoselo dicho, le preguntó de nuevo: «¿Dónde se forman los hombres buenos y virtuosos?». A lo cual, como Jenofonte no le satisficiese de inmediato, añadió Sócrates: «Sígueme y lo sabrás».

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