viernes, 12 de marzo de 2010

Green zone - distrito protegido

Hola cinéfagos.

¡ATENCIÓN!: EL QUE NO QUIERA QUE LE DESTRIPE ESTA PELI (GREEN ZONE) QUE PINCHE AQUÍ.
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Acabo de ver la peli de Matt Damon y el director Paul Greengrass que curiosamente lleva su nombre: ‘Green ;) zone’ – distrito protegido. Me hace gracia. Una rápida inspección sobre las (buenas) críticas a la película me avisan sobre el error político que estoy a punto de cometer. Bueno, seguro que lo que voy a decir se le ha ocurrido a más de uno.



Vaya por delante que para un consumidor inmoderado de celuloide como yo, la cinta de Green es bastante aceptable. Quiero decir que desde el punto de vista de la tensión, los tiros y otras freakadas en la delgada línea roja (que no me gustó) de las insuperables ‘black hawk derribado’ de Ridley o ‘la chaqueta metálica’ de kubrick, me lo pasé bomba;).

Y aquí va la crítica de verdad.

El guión es de Brian Helgeland...

El guión real del green (de golf) es el siguiente:

Personajes:

Matt Damon = soldado americano = pueblo americano

Amy Ryan = periodista = prensa americana

Greg Kinnear (el que hacía de padre de Little Miss Sunshine) = agente de Washington = Casa Blanca (J. W. Bush)

Jason Isaacs = teniente coronel Briggs = brazo armado de la casa blanca (de Bush).

Brendan Gleeson = agente de la CIA = la CIA

Khalid Abdalla = Freddy el Iraquí = pueblo Iraquí


Pues nada, ya está todo dicho. Si veis la película con el parámetro que os acabo de suministrar entenderéis mucho mejor la historia que nos quieren contar.

La obvia metáfora es la siguiente:

Cuando la Casa Blanca (Bush) ha conseguido convencer - a través de su representante en Irak Greg Kinnear - a la prensa americana (Amy Ryan) de que sí que existen armas de destrucción masiva, un simple soldado (Matti Demonio) se convierte él mismo en abanderado de la investigación periodística. Esto es, el simple soldado se salta todos los protocolos militares y la cadena de mandos para investigar aquello de las armas de Sadam porque algo le huele a chamusquina. Asi que como representante del pueblo americano, debe luchar contra el teniente coronel Briggs que es el brazo armado de Buch. Eso sí, de por medio aparece un simpático agente de la CIA en representación de la engañada agencia americana que le anima en esa lucha por la verdad. Para que quede claro quienes son los malos, el pueblo americano no se mancha las manos en ningún lugar del grass. Para descubrir la verdad, Matti corre detrás de un ex general de póker de Saddam. Pero tiene que llegar a pillarlo antes de que lo haga el malo teniente coronel Briggs que lo quiere matar en nombre de Bush. Así que el simple soldado americano alcanza al malo representante armado de la casa blanca y lo noquea antes de que éste consiga matar al general Iraquí. En ese momento quedan definidos los malos del negro al blanco. El Iraquí malo de la baraja mata en su huída al representante armado de la casa blanca Briggs. El soldado americano bueno (Matt) lo apunta con su rifle con la intención de entregarlo y destapar todo lo de las armas de destrucción masiva. Pero aparece en ese momento el tonto, cojo y despistado pueblo Iraquí y mata a la jota de tréboles. Le explica claramente al soldadito americano que es él el que debe decidir sobre su destino (y sobre qué hacer con sus ex dictadores). Matti se convierte entonces en periodista improvisado (es el único al que vemos escribir en un portátil en una escena que recuerda bastante a ‘el año que vivimos peligrosamente’).

Y ese es el final: el soldadito le entrega un mensaje a la periodista con una lista de ‘copia y pásalo’ a todos los medios de comunicación posibles. La periodista sonríe con cara de inteligencia (de la de verdad, no de la CIA) y comprende que esa es la única forma de verse redimida de la metedura de pata que cometió al creerse (sin contrastar) lo de las armas de destrucción masiva.

Creo que nunca había visto una metáfora tan burda (aunque entretenida) en toda mi vida.

¡Por favor pueblo americano! ¿Cómo es posible que cuando empezasteis la dichosa guerra con el ridículo pretexto de esas armas, ya sabía yo que era mentira?

Y digo ‘yo’, un tío que no se interesa demasiado por las noticias ni suele leer el periódico. Yo que no soy más inteligente que la media y que no soy norteamericano. Y no solo yo: fuimos millones en manifestarnos en todo el mundo.

Como regla general, creo que es muy importante valorar las noticias que nos ofrecen como si de delincuentes se tratara. En principio se les concede la presunción de inocencia. Luego se contrastan mínimamente. Pero sobre todo – y esta es la que pienso resulta mi aportación más importante – se estudia la motivación, a quién beneficia y porqué.



Pero esto lo dijo el teniente Colombo mucho antes que yo.

2 comentarios:

Maryjoe dijo...

a ver Marc, tuve la suerte de ir a verla ayer al cine y no leer tu blog, porque ta has contado la la peli ENTERA

Marc Gasca dijo...

Mi primer impulso es decirte que la peli no se merece otra cosa. Pero a continuación te doy la razón. Cambiaré esta entrada con una advertencia, ¿va?.