Hacía tiempo que no publicaba por aquí pero un artículo
de la revista Science et Avenir me ha parecido digno de difusión y ahora veréis
por qué.
El titular es simple: ¿Qué le ocurre a la grasa perdida
al adelgazar?
La pregunta le parecía bastante simple a Ruben Meerman,
el presentador de televisión australiano, cuando se la hizo a un puñado de
dietistas y médicos que a decir verdad se quedaron perplejos sin darle ninguna
explicación convincente.
Uno de estos médicos, el Pr. Andrew Brown (de la Escuela
de Biotecnologías y Ciencias biomoleculares de Sydney) le prestó atención a
nuestro presentador, hasta tal punto de reconocerle que esa pregunta merecía
una debida investigación.
El profesor indagó entre los suyos llegando a la conclusión de
que había un gran desconocimiento acerca del proceso metabólico de la pérdida
de peso. Más de 50% de los 175 profesionales del gremio respondían que la grasa
se transformaba en energía (como en las bombas atómicas – nota mía), quizás en
forma de calor.
Cualquiera que haya estudiado ciencias sabrá reconocer la
violación de la conservación de masa en esas respuestas. Tratándose de un
proceso químico, la masa debe conservarse así como el número de elementos
químicos implicados. Si pierdes 5 kilos, deben haber ido a alguna parte, aunque
transformados en otra cosa.
Dado que el presentador es físico de formación, se juntó
mano a mano con el profesor para perseguir el recorrido de cada átomo de grasa
perdido al adelgazar. El resultado es de lo más interesante.
De cada 10 kilos de grasa eliminada, 8,4 kilos se
volatilizan en dióxido de carbono CO2.
Los 1, 6 kilos restantes se transforma en agua
eliminada con la orina, el sudor, las lágrimas y otras secreciones biológicas.Conste que la ecuación de este dibujo es la definitiva en cuanto a cómo se transforma la grasa (parte izquierda de la ecuación) en CO2 y agua.