Cuando tenía quince años fui con mi (primera) amiga Nadine
Musnik (de la que no sé nada desde hace
muchísimo tiempo) a esta atracción en un parque de las afueras de Paris. Al
indagar, me he enterado de que todavía existe una en la Foire du Trône (la feria
del trono), también en las afueras de Paris, por lo que no sé si será la misma
a la que acudí entonces.
La atracción se llama 'le manège', esto es, el tío vivo y
consiste en lo que veis, una especie de tonel cilíndrico en el que se entra por
una puerta y que empieza a girar con gran aparato de crujidos y tensiones de la
madera con la que está construido.
Alcanzada la velocidad adecuada, apretados por la fuerza
centrífuga contra la pared del tonel, la fricción se opone a la fuerza de
gravedad y nos quedamos "clavados" en ella. Es en ese momento cuando
el suelo del tonel empieza a descender mediante un mecanismo digno de la
antigüedad por lo que 'el manège' alcanza su propósito culminante: dejarnos
colgados a dos o tres metros de altura.
¡Extraordinario!
Decir que el niño de la película es Jean-Pierre Léaud, el
actor fetiche de François Truffaut que lo utilizaba de hecho a modo de
alter-ego en muchas de sus películas autobiográficas. En esta película (les
quatre cents coups = los 400 golpes) Léaud tiene catorce años aunque representa
a un niño de doce. El título de la película es una expresión francesa que
quiere decir algo así como 'hacer las mil y una', una de las cuales puede ser
'hacer pellas' que en francés es más concretamente 'faire l'école buissonnière'
(hacer la escuela de los bosques). Y ya que estamos con etimologías, diremos
que "hacer pellas" viene de que una pella (o un gasón) es una bola de
tierra con la que los niños juegan a la guerra.
Por lo que sé, deduzco que esta atracción debió de tener un
notable éxito ya que permaneció en el tiempo. La película es de 1959 (yo no
había nacido) y yo me subí al "manège" allá por 1976 por lo que
pervivió al menos diecisiete años. Y si además es cierto lo que leí en internet
, la atracción todavía existe en la actualidad (aunque remanada, repintada y
modernizada). De esto último tengo serias dudas ya que no he conseguido
contrastarlo en ningún sitio. Creo que no es exactamente la misma atracción la
que podemos encontrar en la actualidad.
En recuerdo a mi vivencia personal, diré que llevo un tiempo
intentando localizar a mi amiga Nadine (hace treinta años que no nos vemos) y
no lo consigo de ningún modo por más que indague en los múltiples buscadores o
redes sociales.
No quiero ser pesimista pero no pude evitar el peor de los
pensamientos al ver esta película. Y es
que me recordó que Nadine no se había subido conmigo al 'tonel giratorio' sino
que se quedó en la parte de arriba (como se refleja en la película de Truffaut)
porque tenía problemas de corazón.