viernes, 29 de agosto de 2008

Más casos temporales:

Ultimo ejemplo de tiempo relativo ts positivo.

ts = 1 t1= t1 = tiempo referencial.

Este es el tiempo relativo que llamamos presente. Es lo que realmente entendemos por tiempo natural. Es aproximadamente el tiempo terrestre, salvando una ligera corrección cinético-gravitatoria. En este caso, el segundo del viajante corresponde al del observador referencial, esto es 1s/s1.

Viaje al pasado.
ts < 0 =" ts">

Sabemos, y lo expondremos después, que el cronón (cuanto de onda-partícula temporal) permite el viaje al pasado. Esto no ya mera teoría y precisamente este libro de texto lo demuestra con su propia existencia. Todos los alumnos de la generación posterior al Año Último sabéis de lo que hablamos.
Para los anteriores a este año, diremos (aunque no podemos ser exhaustivos por razones que han de seos vedadas) que este trabajo fue precisamente escrito en ese Año Último. Por querer salvaguardar nuestro destino, no debemos precisar a que fecha de vuestro futuro corresponde. Revelamos sin embargo ese dato, conscientes del descrédito y desconfianza con la que acogeréis este trabajo. Confiamos, sabemos que de todos modos, la forma en que esta escrito despertará el interés de un sector clave de la población del siglo veintiuno. Posteriormente, podemos añadir que, un poco por azar y otro poco por necesidad pues el destino es inexorable, la teoría básica aquí expuesta llevará a revolucionar los conceptos de la física moderna y os reuniréis con nosotros, cerrando el bucle iniciado al escribir dicha teoría.
Os aseguramos queridos lectores del pasado, que la posesión del ejemplar que tenéis entre las manos es la mejor contribución al futuro de la humanidad. Un futuro en que este tomo se escribió, se copió del tomo original rescatado de vuestro tiempo. En el Año Último, alguien encontrará uno de los tomos antiguos, quizás este, y cerrará el ciclo.
Por todo esto, por mantener la posibilidad abierta, por vuestra curiosidad,... gracias.


ts= -1. t1 =- t1 = t (-1) = Anti tiempo.

Este es el anti tiempo. Aquel igual al nuestro pero de signo contrario cuya observación por parte de un observador inercial (de nuestro tiempo t1) sería la misma que la suya en valor absoluto pero hacia el pasado. Al pasar un segundo nuestro, veríamos descontarse el mismo al viajero. La velocidad temporal es de -1s/s1.
Por esto es por lo que se llama a t-1 el anti presente o anti tiempo.
Es justamente aquel, contrario al nuestro, en que se manifiesta el anti universo. Este universo negativo (para nosotros) se desarrolla paralelamente al nuestro, cruzándose ambos por la eternidad en una y otra dirección del eje temporal. Es de destacar que no tendríamos necesariamente constancia de su existencia. Un antiser cruzándose en el mismo espacio que este libro, aquí y ahora (habría que definir ese "ahora" y "aquí" refiriéndolo a ¿"cual" de los dos universos?) no interferiría en absoluto con él. ¿Por qué?, pues por que el instante (que habría que definir) en que eso ocurriera sería infinitesimal o cuasi-cero. En ese hipotético instante, el antiser se encontraría ya en el pasado de este libro y este, a su vez estaría en el pasado del antiser, ya que el presente en el que lo localizamos no es sino un futuro progresivo (a segundo por segundo). Y el futuro para nuestro universo es precisamente el pasado para el anti universo.
Elucubraciones a parte, existe otro argumento, espacio temporal en este caso, en contra de la posibilidad de contacto entre los dos ámbitos de existencia positivo y negativo. Es imposible para el ser y el antiser localizar un punto del espacio en el momento determinado (¿en qué momento?) y decir "¡ese punto!". Entendemos que se trata de dos universos completamente distintos por su tiempo y por lo tanto, por su espacio. La imposibilidad de definir un mismo contexto espacial, demuestra a su vez la negación de unilocación (dos objetos en el mismo punto del espacio en el mismo momento) tanto como la bilocación (un objeto en dos sitios a la vez). Todo esto, dicho sea de paso, se une a las tesis opuestas de la mecánica cuántica del siglo veinte. Nos referimos a la interpretación del grupo de Copenhague (C. I. Q. M. =Copenhague Interpretation of Quantum Mechanics) de la cual formaban parte Young, Bohr y Max Born contra la Interpretación estocástica (S. I. Q. M. =Stocastic Interpretation of Quantum Mechanics) de Einstein y de Broglie.
La primera sostenía la idea de un universo probabilístico en que las partículas se comportaban a veces como tales y otras como ondas. Einstein y de Broglie pensaban que la probabilidad no era más que una forma de expresar la imprecisión de la percepción de los hechos, precisos sin embargo en la realidad. Suponían que la partícula era onda a la vez que corpúsculo. La materia sostendría la onda y el tipo de experimento afectaría a la percepción cualitativa de lo experimentado.
La tremenda controversia se desarrollaría por un largo periodo de tiempo en el que Einstein nunca aceptó la Interpretación de Copenhague y le llevo a decir en su lecho de muerte la famosa frase "Dios no juega a los dados". El universo no es probable en sí, pensaba, la probabilidad proviene de la imprecisión en la observación por parte del ser humano.
Como sabemos, la aprehensión del universo según los cánones del creador de la teoría de la relatividad fue perdiendo vigencia decantándose hacia la tesis del grupo de Copenhague a finales del siglo veinte.
Todo esto sea dicho con la finalidad de explicar que la mecánica cuántica prevé, precisamente según la C. I. Q. M., la posibilidad de dos tipos de partículas: las uní localizables y las que no lo son. Los Fermiones y los Bosones.
Hablaremos de todo ello más adelante.




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Cronoviajero sus fotos son excepcionales, me gustaría poner en mi blog alguna foto que vaya con el nombre 'Los Alisios', ¿se le ocurre alguna? ¿Me la presta?

Anónimo dijo...

Como no! Cuando quieras

Anónimo dijo...

Hello. And Bye.